domingo, 15 de agosto de 2010

MUCHA MARCHA

Como era de esperar, Jose Manuel ha llegado con su fuerza arrolladora.
Ayer mismo se compró una guitarra, acústica, roja y muy chula. Despés anduvimos todo el día por el Soho y el West Village buscando cables y correas que no encontramos. En total 10 km. cuando llegamos a casa (ha traído el podómetro), agotador.

Hoy hemos ido a comprarle un piano a Carmen porque está perdiendo mucha práctica tantos meses sin tocar, está como loca de contenta. Es nuestro regalo de graduación.
Lo han traído a cuestas y por el metro entre el padre y la hija, otra paliza.





Para celebrar todo lo que teníamos atrasado: santos, aniversario, cumpleños, nos hemos ido a cenar a Petrossian, el restaurante ruso que ya conocimos hace cuatro años y que nos gustó mucho.
Cena de delicatessen, caviar, ostras, foie y unos postres deliciosos. Una maravilla.
Como detalle a destacar está la grifería de los lavabos. También es muy bonito el edificio por fuera, no hemos hecho fotos porque era de noche.









Recemos a san Nino Bravo para que salgan muchos bolos, porque como sigamos a este ritmo, el resto del año lo pasaremos dando paseos y comiendo mortadela.

NOTA PARA CARMEN LÓPEZ:
Ayer en nuestro largo paseo nos encontramos con el edificio Bayard que nos había recomendado tu hemano. Es realmente magnífico aunque le desmerece un poco lo que tiene alrededor y lo estrecha que es la calle. También te hubiese gustado la tienda de sombreros que había al lado. Yo sucumbí y me compré uno que, milagrosamente, me quedaba bien, aunque no creo que lo use nunca (se lo dejaré a mi hija).



3 comentarios:

  1. Ya ves que te sigo, en la distancia. Estoy en una de esas playas españolas que nada tienen que envidiar a ese nido de ratas voladoras a donde fuiste. Ya que has visto el Bayard (me queda para otra ocasión) hoy en El País en la página final de "cafés literarios" hablan del Algonquin en el número 59 de la 44 oeste: "la mesa redonda del bar Algonquin es un altar bajo el retablo que representa a todas las figuras de aquella tertulia. Ese es un café para quedarse cuando uno es incapaz de vivir sin estar rodeado de amigos" Si podéis ir, me lo cuentas. Tal vez sea ese sitio que buscábamos para tomar un café.
    Me encanta leerte y comprobar que la llegada del patriarca es tan provechosa. Me sigues dando envidia aunque un poquito paliada por haber estado una semanita allí. Besos grandotes para los tres.

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  2. Efectivamente en 48 horas he dado un poquillo de marcha y vitalidad; de todos modos, a ningún sitio hemos ido corriendo; todo ha sido pasear, contemplar y, eso sí, hacer algunas compras ( y las que quedan ).
    La cena petrossiana, por supuesto, fantásticsa por los ingredientes y la compañía.
    Ciertamente Nino deberá seguir portándose, aunque hay otras cosillas por ahí... que quizás colaboren a reponer el maltrecho estado en que va a quedar la economía. ¡¡ Qué verano !!.

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  3. Yo también he leido el artículo de El País. Lo recibo todos los dias en mi retiro zafreño a través de mi maravilloso kindle que Carmen me ayudó a comprar. Y por supuesto me he acordado mucho de vosotros. Me encanta el sombrero.

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Cómo ves Brooklyn