DÍA COMPLETO

Como decía esta mañana, hemos ido a misa en Harlem.
También ha habido una pequeña epopeya para llegar, porque el metro nos ha dejado treinta calles más abajo de la que íbamos (se ve que aprovechan el fin de semana para hacer arreglos). Hemos tenido que coger un taxi hasta la iglesia más famosa y había una cola para entrar que daba la vuelta a la manzana. Unos españoles nos han dicho que llevaban desde las 8,30 esperando y que no nos iban a dejar entrar por los pantalones cortos de Carlos y Ana, asi que nos hemos marchado rápidamente a la iglesia más cercana (en Harlem hay muchisimas).
No ha estado mal. Los cantantes eran pocos pero no lo hacían mal y el pastor era más moderado que el anterior que vimos, pero simpatico. Ha pedido a todos los extranjeros que había que dijesen cual era su país y ha dado aplausos a todos, también ha felicitado a una pareja austriaca recien casada y ha cantado un cumpleaños feliz.
Pero lo mejor de todo eran las abuelitas arregladísimas que había entre el público, con sus sombreros y lazos en la cabeza. Aquí podéis ver a una aunque la foto no sea muy buena.



Después paseo por el West Village y el Soho (de esos barrios ya he hablado en entradas anteriores). A mi amiga Carmen le han encantado. Pasear con ella es estupendo, tenemos el mismo ritmo. Entre uno y otro, nos hemos acercado al muelle 40 y los chicos se han montado en unos kayak por el río Hudson (eran gratuitos).



Para terminar mi hija nos ha llevado a un restaurante italiano donde por 14$ te daban toda la pizza que pudieses comer (de diferentes tipos). Estaban buenas y Carlos se ha puesto las botas. Nos daban un cartoncito en el que había un stop para que el camarero no te pusiese más y, cuando todas habíamos terminado ya, mi hijo ha seguido pidiendo y pidiendo. Espero que no le siente mal. Ya está durmiendo.



Por cierto, a la cena nos ha invitado Ana, sin necesidad. ¡Pero qué maja es!

NOTA GRACIOSA: Caminando por la calle dice Carlos ¡Oye Carmen!...y las tres hemos vuelto la cabeza. Tiene guasa.